Un policía indio examina el lugar de una de las explosiones.
El primer ministro tibetano, Lobsang Sangay visitó el templo de Mahabodhi en Bodhgaya, objetivo de recientes explosiones terroristas, y se reunió con los dos monjes heridos. Según el gobierno exiliado, el Sikyong visitó todos los lugares afectados de la localidad en la que Buda alcanzó la Iluminación más de 500 años antes de Cristo, y ofreció oraciones pidiendo paz y calma.
La mañana del 7 de julio, un total de diez bombas hicieron explosión en el complejo religioso de dos mil años de antigüedad y otras localizaciones cercanas, como el monasterio de Tergar, sede de Su Santidad el Karmapa en Bodhgaya.
El Primer Ministro mostró su «profunda tristeza» por el trágico incidente y pidió a los budistas de todo el mundo que no se dejen afectar por los ataques y continúen peregrinando a Bodhgaya. Como muestra de solidaridad, el Sikyong hizo un donativo al Comité de Gestión del monumento.
También visitó a los dos monjes heridos, uno tibetano de tradición Nyingma y otro natural de Birmania, en el hospital de Patna, y les deseó una pronta recuperación.
Al atender a la prensa, el Sikyong pidió a tibetanos y budistas en general que mantengan la calma y se mantengan pacíficos, ateniéndose a las enseñanzas del Buda: «Damos las gracias al gobierno central y al gobierno de Bihar por la seguridad proporcionada en el templo de Mahabodhi y expresamos nuestra plena fe en la investigación».
Tras las bombas, el Parlamento tibetano en el exilio hizo llegar sendas cartas al Primer Ministro Indio y a los Ministros de Bihar e Himachal Pradesh, pidiéndoles más seguridad personal para Sus Santidades el Dalai Lama y el Karmapa.
El Dalai Lama ha expresado durante un viaje al sur del país que los ataques le parecen algo «muy triste» y ha señalado que debería entenderse como un acto de «unos pocos individuos» y no darle más importancia.
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